Armonizar desarrollo profesional y personal

La vida del ser humano adulto puede dividirse en tres apartados, que han de encontrarse lo más alineados posible, dado que cualquier persona que quiera triunfar deberá armonizar desarrollo profesional y personal.

Estos tres apartados son los siguientes:


Preponderancia de lo laboral

El caso más frecuente en la actualidad es el de una excesiva preponderancia de lo laboral. La necesidad económica, la ambición personal, las necesidades del mercado se traducen en interminables jornadas laborales. Este tipo de horarios impide el atender adecuadamente a la familia y llevan a olvidarse de uno mismo. En ocasiones, solo un trastorno en forma de enfermedad, una ruptura sentimental u otro tipo de incidente hacen que la persona tome conciencia del mencionado desequilibrio.

Preponderancia del ámbito familiar

También existen casos de preponderancia del ámbito familiar. Este tipo de casos suele venir marcado por una situación de dificultad. Una enfermedad de algún familiar, una dificultad con los hijos o atender a unos padres ancianos puede requerir de un tiempo que habrá de restarse al dedicado al trabajo.

Normalmente, estos dos primeros ámbitos familiar y laboral suelen vivir una polaridad como de casos comunicantes. El tiempo empleado en uno de ellos suele ser restado del del otro.

Dominio de lo personal

El tercer ámbito, el personal, suele actuar de dinamizador y equilibrador y eso hace que existan personas que renuncien a trabajos que entren en contradicción con su desarrollo personal

Sin embargo, resulta infrecuente encontrar a alguien que por dedicarse a sus aficiones o por trabajar en su desarrollo personal abandone lo laboral o lo familiar.

El papel de las organizaciones en esa armonización


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